El TDAH es un trastorno de neurodesarrollo que afecta al 11% de los niños en edad escolar. En muchos de los casos sus síntomas continúan en la edad adulta. No se ha podido determinar cual es su causa exacta, pero si han descubierto que tiene una fuerte asociación con la genética, esto quiere decir que es hereditario. (CHADD)
Usualmente los síntomas aparecen en edades tempranas, sin embargo es difícil realizar un diagnóstico antes de los 4 años pues los síntomas pueden confundirse con los comportamientos propios de la edad.

A los papás nos causa mucha angustia pensar si nuestro hijo pueden tenerlo, y en caso de ser así que es lo que va a suceder. Lo primero es que si sospechas que tu hijo lo pueda tener, puedes empezar por preguntarte como es su comportamiento en relación o los otros niños de su edad, puedes observar como se comporta en las fiestas o en la escuela, y si ya has recibido comentarios al respecto.
Estos son los síntomas que predominan:
Atención: pierde las cosas, no pone atención, es olvidadizo, parece no escuchar, tiene dificultad para organizarse…
Hiperactivo-Impulsivo: mueve la manos o los pies de manera constante, le cuesta permanecer sentado, corre y se trepa constantemente, habla de manera excesiva, parece que lo mueve un motor, le cuesta esperar turnos…
Combinado (inatento-hiperactivo-impulsivo): tiene comportamientos de los dos.
A nivel social en muchas ocasiones le cuesta trabajo la relación con sus compañeros y dentro del salón de clases no termina sus trabajos.
El Deficit de Atención se puede presentar con o sin hiperactividad.
Teniendo toda esta información y después de haber observado a tu hijo ¿sospechas que pueda tener TDA o TDAH?, te recomiendo que le hagas una valoración psicopedagógica, y que visites a un neurólogo pediatra. El diagnóstico formal y completo es muy importante para poder dar el tratamiento adecuado. Todos los niños son diferentes y el tratamiento es 100% individual.
El trabajo en equipo : casa-escuela-médico-terapeuta, es fundamental para obtener el éxito que se espera.
En casa podemos hacer mucho, aquí algunas recomendaciones:
- Antes de dar una instrucciones tócalo para que te asegures que te esté escuchando y pídele que la repita después
- Haz contacto ojo-ojo cuando platiquen
- Ten un ambiente estructurado, las rutinas les sirven mucho
- Anticipa los cambios, normalmente a todos los niños les cuesta trabajo dejar de hacer lo que están haciendo, a ellos les cuesta el doble, así que da varias advertencias para que se pueda desconectar de lo que está haciendo (nos vamos en 5 minutos….)
- Los juegos de mesa ayudan mucho a la atención, toma de turnos y la frustración
Recuerda que muchas de sus conductas no logra controlarlas por más que lo intenté, no porque sea intencional, muestra empatía y motiva sus logros.
Celebra sus diferencias porque es lo que lo hace único y no olvides que no estás solo, tienes un equipo que trabaja junto contigo y todos por el mismo fin, que tu hijo sea una persona exitosa, independiente, responsable y feliz.
Aprendiendo a ser padres.