En muchas ocasiones nos sentimos agobiadas y cansadas por todo el trabajo que necesitamos realizar en casa, pero al mismo tiempo sentimos una gran recompensa por saber que tenemos todo bajo control y que sin nosotras la casa no funciona.

A veces nos quejamos porque tenemos tanto que hacer, que apenas y nos damos tiempo para nosotras.
Es cierto que siente bien saber que nos necesitan, pero la realidad es que no nos necesitan para muchas cosas, y aún así las seguimos haciendo por ellos. Cuando hacemos algo por nuestros hijos que ellos son capaces de hacer, les quitamos la oportunidad de que se vuelvan independientes, les mandamos un mensaje que dice: «tú no puedes, yo lo hago por ti».
No podemos olvidar que estamos criando a nuestros hijos para convertirse en adultos independientes, y tampoco podemos olvidar que un día se van a ir (porque se tienen que ir) y lo ideal es que cuando se vayan, vayan bien equipados.
La independencia se va desarrollando poco a poco, no es como que un día van a despertar sabiendo ser independientes y responsables. Necesitamos empezar a educarlos desde pequeños para que poco a poco y de acuerdo a su edad vayan desarrollando estas habilidades.

Tómate el tiempo para enseñarle una tarea (tender la cama, vestirse, bañarse…), después háganlo juntos (con muy poca ayuda de tu parte) y una vez que lo logre deja que lo haga solo/a. Entre más independientes los hagamos, más tiempo vamos a tener para nosotras.
Esto no significa que nos ausentemos y los dejemos solos todo el tiempo, lo que queremos es que sean personas independientes, autosuficientes y poder acompañarlos y celebrar todos los logros que vayan teniendo. Y al mismo tiempo no podemos dejar de pensar en lo importante que es cuidarnos a nosotras, tomarnos esos 5 minutos (o más) para poder sentirnos realizadas. No olvides que un día se van a ir y tu vida tiene que seguir.
Aprendiendo a Ser Padres
Dícere para papás