Para nosotros los adultos, atrasar o adelantar una hora el reloj, puede significar tener una hora más para dormir o una hora menos pero ganar una hora más de luz en el día… pero si eres padre lo más seguro es que esto no pase.

Con los niños no sucede lo mismo, ellos necesitan tiempo para poder ajustarse en este nuevo horario, ellos lo viven como un «jet lag» (cuando viajas y necesitas adaptarte a los horarios del país al que viajaste). El efecto va a depender de cada niño, hay niños que un par de días se adaptan fácilmente y otros que les cuesta mucho más trabajo, puede ser que sus horas de dormir se vean afectadas y los notes más irritables. Necesitamos esperar a que su reloj interno se adapte al nuevo horario.
Algunas recomendaciones que puedes seguir para ayudar a tus hijos a que se adapten más fácil:
- Respeta los mismo horarios para dormir, que se siga acostando a la misma hora.
- En el caso del horario de verano, trata de cerrar las cortinas para que su cuarto se vea más oscuro.
- Si toma siesta modifica sus horarios de la siesta un par de días antes del cambio de horario para que no afecte la hora en la que se va a dormir.
- Se paciente, recuerda que necesita adaptarse al nuevo horario.
- Apaga cualquier dispositivo (tele, tablet, celular…) media hora antes de dormir, necesitan desconectarse.
Es importante platicar con ellos sobre estos cambios, cuando va a iniciar y porque se hace, eso ayuda a que se vayan preparando.
Aprendiendo a ser padres.